Los firmes cuya vida se está agotando o que experimentan fallos prematuros empiezan a desarrollar unas fisuras en el seno de su estructura que, con el tiempo, alcanzan la superficie. Estas grietas representan una vía de entrada de agua y productos contaminantes, ocasionando degradaciones superficiales que afectan a la regularidad del pavimento, además de provocar una disminución en la capacidad portante de las capas inferiores lo que disminuye notablemente la vida de servicio del firme.
Estás grietas se sellan mediante la aplicación en caliente de másticos
bituminosos a base de betunes modificados con elastómeros (según la Norma
UNE-NE 14.188-1:2004), previa limpieza de la misma y de sus bordes con lanza
térmica. Con ello se consigue la estanqueidad de las grietas, evitando su
posterior evolución, degradación y transmisión a nuevas capas de rodadura.
El sellado de grietas en pavimentos asfálticos puede tener
tanto un carácter preventivo, en
los primeros años de puesta en
servicio de un pavimento asfáltico,
como un carácter correctivo,
transcurridos unos años desde su
puesta en servicio.
